Renovación corporal y espiritual
Por Nina Plez
Una de las nuevas técnicas y experiencias antiestrés es el masaje californiano.
Su principal característica es trabajar la respiración y la energía corporal.
Movimientos largos, suaves pero precisos, recorren todo el cuerpo redistribuyendo esta energía con el fin de proporcionar una relajación profunda.
Una conexión personal e intensa se produce entre quien da y quien recibe, provocando una sensación inusual y muy poderosa durante la práctica.
Charlotte Schneider ha transitado un camino tanto geográfico como espiritual hasta llegar a ser terapeuta corporal y elegir esta técnica como una forma única de conectarse con los demás y estar en armonía con el universo, transmitiendo salud y bienestar.
Se mudó de Francia a Argentina con la decisión de indagar en sí misma, alejarse de las rutinas y encontrar una energía diferente más acorde con su espíritu dinámico, curioso, espontáneo.
Así, comenzó a abordar distintas prácticas y técnicas como el reiki, el yoga y la respiración, que trabajan la relación cuerpo-mente.
Al descubrir el maravilloso alcance tan sólo del ejercicio de la respiración, llegando a ser una terapia natural contra el estrés, la ansiedad y otras tantas afecciones psicológicas y físicas, emprendió sin dudarlo el camino hacia nuevos descubrimientos de prácticas purificadoras.

Luego de adoptar estos métodos y hacerlos parte de su vida cotidiana, fue el tiempo de transmitir su experiencia de manera activa.
A través de su gran sensibilidad, logró conectar internamente con la práctica de los masajes californianos, entrando en un estado único de meditación donde crea conciencia de su propio cuerpo y el del paciente, ofreciendo una sesión donde fluye una energía armoniosa y recíproca, acentuada por la selección musical exquisita y extremadamente acertada que acompaña, y transformándose en un magnífico momento de renovación y distensión física y emocional.
Una vez transitada esta experiencia, imposible no repetirla.
La sesión tiene una duración de una hora y se realiza en Casa Pranna.
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