El magnífico efecto de lo simple
Por Nina Plez
El medio ambiente de la animación sigue evolucionando en función de los recursos cada vez más diversos que ofrecen las nuevas tecnologías y softwares, enriqueciendo más y más las formas de crear.
Sin embargo, algunos elementos-amigos existentes desde los tiempos de Walter Ruttmann, todavía siguen vigentes demostrando que esta pureza morfológica, su manipulación, sus mutaciones, son algo aún ilimitado.
​
La castidad de los vectores, la calidez artesanal del stop-motion, conservan y manifiestan los sentimientos y la pasión que el artista impregna en sus ‘actores’, que pueden remitirnos a seres reales como animales, plantas o personas, a criaturas imaginarias que sólo pueden ser nombradas por cada subjetividad, o incluso a personajes abstractos como unidades geométricas.
Animación 2d, sin efectos especiales, sin pretender emular la realidad física de las formas. Por el contrario, rechazar esta realidad y sintetizarla al máximo.
​
Aquí, algunos ejemplos del uso maravilloso de estos recursos simples, básicos, que sorprenden y emocionan tanto como los nuevos descubrimientos.
Symphony no. 42. Por Réka Bucsi.
​
Una de las obras audiovisuales que más me ha impactado últimamente.
Según su descripción: ’47 observaciones sobre las conexiones irracionales entre el humano y la naturaleza’.
​
Lo primordial, lo sutil, lo etéreo, lo originario, en conjunción e intersección con lo tenebroso, lo incomprensible, el misterio.
​
Infinitas las connotaciones y emociones que se desprenden de estas imágenes pulcras, ingenuas, con una simpatía que esconde algo oscuro, inaccesible. Cada escena dispara una reflexión que enfatiza y trasciende todo lo que alguna vez hemos pensado o soñado.


Synæsthesia. Por Quarter Circle One.
​
Una obra donde formas geométricas puras acompañan una música mínimal que también podríamos llamar geométrica.
​
El pixel es la unidad suprema en el arte digital. El átomo del lenguaje gráfico. En esta obra este átomo cobra vida, una vida sintética afectada por intervenciones glitch, ese meta-estilo nacido por error intrínsecamente en el universo informático.
​
El ritmo y la combinación cromática son el alma de esta obra, recordándonos la maestría de Synchromy de Norman McLaren.


Mould / Moldear. Por Allison Schulnik.
​
Si bien la música elegida para esta obra es totalmente desacertada, no le resta admiración a este trabajo artesanal de stop-motion.
Utilizando materiales dúctiles que hacen que se perciba claramente el sentimiento y la intención transmitidos a las formas, las manos de la artista se ven sin verse en su obra.
​
Inmediatamente recordé el videoclip Ready, able, de Grizzly Bear, y no me extrañó descubrir que se trataba de otro trabajo de la misma artista con los mismos fantásticos personajes.
​



Más allá de este talento en función de lo práctico y lo intencional, los adorables personajes concebidos revisten a esta pieza publicitaria de un valor artístico.


Dumb ways to die / Maneras tontas de morir.
Por Julian Frost, John Mescall y Pat Baron.
​
Una campaña publicitaria para Metro Trains, transporte ferroviario de Melbourne, Australia, con el objetivo de promover la seguridad cerca de las vías de tren.
​
Una temática aparentemente tan poco motivadora y bastante perniciosa, deriva en una obra no sólo creativa sino cálida y divertida.
​
Cómo abordar la posibilidad de un accidente mortal sin caer en los golpes bajos, el efectismo amarillista y lo dramático, y aún así creando conciencia.