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Por Nina Plez

Vestigios de una noche memorable

Bajo una lluvia inusualmente insistente, lejos del snobismo de Buenos Aires, asistimos al último concierto de esta gira de José González en Latinoamérica.

Un teatro antiguo, con pisos y asientos crujientes que se van ocupando durante la acertada y dulcísima apertura de Mariana Paraway.

 

El sonido está perfectamente ajustado. La acústica es sorprendente. Podemos presentir una experiencia emulsionante de los oídos y el corazón.

Foto Emmanuel Atencio

Un hombre simple, de energía ponderante, pausada pero intensa, va llenando el espacio de cuerdas y percusiones primarias percibidas como mágicas, casi espirituales, que hasta podemos sentir en la punta de nuestros dedos como si estuviéramos tocándolas.

 

Las canciones nuevas tienen una presencia esencial, prolongan la calidez y delicadeza habitual de su obra. Y esta llama conmovedora es exaltada con selecciones brillantes de Junip y una nueva y fantástica versión del gastado ‘Teardrop’.

 

Todo es como un encantamiento de una paz y una belleza supremas, un brillo interior compartido con un público extremadamente respetuoso y apasionado.

 

Ya lo extrañamos.

‘Vestiges & Claws’, José González

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